Pero antes de la emotiva izada, a la que asistieron cientos de aficionados dispuestos a rendirle tributo y cantar junto a Rafa González Serna su himno, este gigantesco símbolo surcó las aguas del Guadalquivir, el otrora río Betis al que debe su nombre.
La jornada bético-festiva comenzó a las doce de la mañana en Sanlúcar de Barrameda, donde la entidad ya puede presumir de tener una rotonda gracias a la iniciativa de las peñas verdiblancas de la localidad gaditana (Sanlúcar es el pueblo de fuera de la provincia de Sevilla que más peñas béticas tiene: tres). Un campo de fútbol en miniatura de cuyo césped irrumpe un inmenso logotipo del Centenario es el diseño de esta glorieta, inaugurada por el presidente José León y la alcaldesa de la localidad gaditana, Irene García, entre otras autoridades.
Izada oficial
Tras este acto, casi quinientos béticos se embarcaron en un crucero para ‘escoltar’ a la bandera, que remontó el río hasta llegar a Sevilla antes de su izada oficial. La nave se convirtió en una caseta de feria flotante, en la que la comisión del centenario homenajeó a los alcaldes de los pueblos ribereños, así como a las peñas de estas localidades.Durante el trayecto, que superó las siete horas, numerosas barcas y yates adornados con banderas verdiblancas se sumaron a la fiesta acompañando al barco principal en su travesía, que acabó en la la torre del Oro. Allí desembarcó la comitiva, eso sí, después de pasearse arriba y abajo por la avenida más grande de la ciudad: el Gualdaquivir.
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