
No tenía nada roto Arzu, en efecto, pero las pruebas a las que se ha sometido al mediodía del lunes en Sevilla han arrojado un resultado desolador para el jugador. El doctor Tomás Calero ha confirmado que el nazareno sufre “un esguince importante que ha afectado la cápsula de la articulación”. Los plazos para la reaparición del futbolista bético son claros: “Una semana en reposo, después rehabilitar y unas tres semanas para que vuelva a estar con los compañeros, con el agravante de que tendrá que empezar prácticamente la puesta a punto de pretemporada”, dijo Calero. El galeno, ante ese panorama calcula “que pasarán unas siete u ocho semanas para volver a jugar porque no queremos precipitarnos con un tobillo que ya le ha dado la lata la temporada pasada”. Tanta lata como que fue operado.
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